ÉL: -¿Estoy soñando o eres un espejismo? ¿Hablas?
ELLA: -Sí, claro.
ÉL: -¿Sí qué? ¿Cuál de las dos preguntas es la que me respondes?
ELLA: -Todas y cada una.
ÉL: -Hablas con acertijos.
ELLA: -Soy un acertijo.
ÉL: -¿Puedo preguntarte tu nombre? ¿O me negarás ese honor?
ELLA: -Me llamo océano, marea, cardumen. Tú elige.
ÉL: -Elijo y exijo saber tu verdadero nombre.
ELLA: -Las ilusiones no tenemos mas nombre que el que tu elijes.
ÉL: -Tú no me dices tu nombre, muy bien: yo no te digo el mío… Te llamaré “Paradoja”.
ELLA: -Yo te llamo “Explorador”.
ÉL: –(con una sonrisa) ¿Por qué no mejor “Príncipe”? ¿Acaso no lo parezco?
ELLA: –No.
ÉL: -Eres mujer de pocas palabras… (guiñando un ojo) Bah, “media mujer”.
ELLA: -Soy lo que soy. ¿Ilusión o Realidad? Tú elijes.
ÉL: -Deja de pedirme que elija. Ya me estoy confundiendo.
ELLA: -En mi mundo, nada es absoluto.
ÉL: –(con los ojos bien abiertos) En el mío, todo es absoluto. ¿Puedo retractarme y llamarte “Fantasía”?
ELLA: -Yo también me retracto. Te llamo “Realidad”… (se da media vuelta y se zambulle en el agua).